Había una vez un barrio donde las casas estaban por debajo del agua. Los animales volaban y las personas caminaban por medio de un robot. Es que todo, personas y cosas, eran manejados por un robot. Cuando las personas quería comer, lavar, acostarse... tenían que pedírselo a la máquina.
Cierto día apareció una niña en el barrio que era muy diferente porque si podía vivir debajo del agua sin ser manejado por la máquina - robot como los demás. Pero para todo el barrio ella era alguien muy raro porque hacía las cosas por sí misma.
Después la niña, para no ser rara, tuvo que cambiar y aprender que una máquina tuviera que ayudarla para no parecer extraña entre todas las personas...
1 comentario:
Qué lindo sería que cuando nos encontremos con alguien que no es (o que no hace) lo mismo que nosotros no lo veamos como "raro", ¿no, Rocío? Qué lindo sería poder aprender de esa persona que es distinta a nosotros... Así dejaríamos de ser un poco máquinas para ser más personas...
Muy bonito cuento, me han dado ganas de ser "alguien muy raro" como dices ahí... Gracias.
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